Los bosques y las personas están interconectados, y ha sido así desde
tiempos inmemorables. Siempre hemos tenido una especial relación basada en la
supervivencia. Era una delicada cadena de existencia que antes tratábamos con respecto
y aprecio. Pero las personas empezaron a trastornar este equilibrio. Empezaron
a ver el bosque no como parte de ellos sino como algo a ser conquistado. Usaron
los bosques, que aparentaban sin límites, cortando millones de árboles. Pero
ahora nos estamos dando cuenta que los bosques sí tienen límites y que ya es tiempo de regresar al anterior
equilibrio un importante solicitud que hace la naturaleza que nosotros hemos
dañado su naturaleza.
Los bosques protegen nuestras aguas y gestionan nuestro clima. Cuando
llueve en el bosque, las hojas permiten que el agua gotee lentamente sobre el suelo;
si se corta el bosque, la lluvia cae fuertemente sobre el suelo desprotegido y
sus partículas son arrastradas hacia las corrientes, ensuciando sus aguas. Esto
no es bueno para los peces, y puede provocar inundaciones. Además, sin árboles,
el agua se evapora rápidamente, cambiando el clima de los bosques próximos.
Este proceso impide que los árboles reciban el agua que necesitan.
Los bosques naturales aportan, como tales, a la economía; millones son
gastados en actividades recreativas en los bosques. La gente disfruta y aprecia
el aire fresco, agua clara, paisajes hermosos y la vida silvestre. Así que los
lugares que presentan esas características son puntos turísticos ideales los
arboles le da vida a cualquier lugar para las personas es importante para ir a
caminar en el bosque o ir un día de campo con la familia o amigos la naturaleza
es parte de nuestras actividades recreativas.
Las gotas de lluvia que caen sobre las copas de los árboles se deslizan
por las hojas y forman, al juntarse con otras, gotas más grandes que caen al
suelo. Otra parte rueda por los troncos y es atrapada por las hojas de las brómelas
y orquídeas; la hojarasca, los musgos y el capote del suelo retienen el agua
como una esponja y la liberan lentamente, formando arroyos y quebradas. Parte
del agua se infiltra en el suelo y es retenida por la red de raíces de las
plantas y los árboles del bosque y poco a poco se va escurriendo hasta llegar a
las fuentes de agua. De esta forma, la hojarasca, los musgos, las plantas, los árboles
y las raíces de los bosques regulan los caudales de las aguas, protegen el
suelo de la lluvia y lo amarran, disminuyendo la erosión y evitando que se
formen inundaciones río abajo.
Los árboles del bosque ofrecen sombra a otras plantas, a los musgos y a
la hojarasca, disminuyendo la evaporación causada por el sol. El agua que
logran retener crea un ambiente húmedo y fresco al interior del bosque,
regulando el clima de cada zona.
La fertilidad de los bosques depende en gran parte de la cantidad de
hojarasca y materia orgánica que los mismos árboles proporcionan. Por esta razón,
cuando se tala un bosque, los suelos pierden paulatinamente su capa orgánica
porque ya no hay árboles que la produzcan y la lluvia arrastra lo poco que
queda, en pocos años pierden su fertilidad y es difícil recuperarla.
Sin los bosques, tendríamos mucho menos oxígeno disponible.
- Los árboles constituyen una tecnología natural increíble. Generalmente llamados los pulmones del planeta, los árboles vivos de los bosques tropicales “inhalan” dióxido de carbono (CO2) del aire. Los bosques sanos limpian el aire y regulan el clima.
- Los bosques vivos sostienen la vida: benefician a las personas, a las plantas y a los animales por todo el trabajo invisible que realizan como almacén de carbono. También ayudan a controlar el clima del planeta y las precipitaciones.
- Plantar árboles en bosques dañados o talados crea un cultivo de árboles jóvenes consumidores de carbono. A medida que crecen los árboles –a lo largo de 50 a 100 años absorben CO2 del aire y, a su vez, recuperan el hogar de los pájaros.
- El
consenso científico sostiene que mientras mantengamos gases que atrapan
calor, como el CO2, en la biomasa –el tejido vivo de los árboles– podremos
reducir las alteraciones relacionadas con el clima como las tormentas
poderosas, inundaciones y sequías grandes. Los árboles, por lotanto, nos
protegen.
- Los científicos de TNC saben cómo
funcionan los árboles como máquinas inhaladoras de carbono. Dentro de
cualquier bosque, podemos tomar medidas precisas,
inclusive el diámetro de los troncos, para determinar la cantidad de
carbono almacenado por los árboles.
- Anualmente, se genera más
contaminación por la pérdida de bosques que por el transporte mundial –
aviones, trenes, automóviles y barcos en conjunto. La deforestación
produce 15% de las emisiones de CO2 anuales en todo el mundo. Los suelos
perturbados –junto con las ramas y hojas podridas– hacen que el carbono
sea liberado al aire. Reduzcamos las emisiones preservando
nuestros bosques.
- La tala de árboles y bosques,
muchas veces, se convierte en parte del problema del cambio climático.
Cuando se talan árboles por su madera o para combustible –o cuando se
queman los bosques para la agricultura– su CO2 almacenado se libera al
aire y, de esta manera, genera que el planeta se caliente. Evitemos
la deforestación.
- Los índices más altos de
deforestación se observan en países en vías de desarrollo como Brasil e
Indonesia, donde TNC está trabajando con las comunidades y los gobiernos
para frenar la tala de bosques. Si las personas tenemos incentivos reales
para proteger nuestros bosques, el mundo puede reducir una de
las principales causas del cambio climático.
PRODUCTOS QUE BRINDA EL BOSQUE: Los bosques, como recurso renovable, proporcionan madera y
productos no maderables para uso doméstico, industrial y energético. Si se
gestionan de manera sostenible, pueden constituir una fuente estable de
ingresos económicos para la población.
SERVICIOS AMBIENTALES QUE PROVEE EL
BOSQUE
Regulan el ciclo hídrico. Los bosques mantienen la calidad del agua y regulan el caudal de
las quebradas y ríos, reduciendo el impacto de sequías e inundaciones.
Fijan el dióxido de carbono. Los árboles absorben el dióxido de carbono de la atmósfera y lo usan
para crecer, incorporándolo a su biomasa, por lo que juegan un papel
fundamental en la lucha contra el cambio climático.
Mitigan desastres naturales. Los árboles ayudan a disminuir el impacto de las inundaciones y
tormentas y a controlar la erosión del suelo. En las áreas con bosque, las
raíces de los árboles ayudan a que el suelo absorba la humedad y la devuelva
lentamente.
Mantienen la biodiversidad. Los bosques albergan más de la mitad de las especies terrestres del
planeta: insectos, plantas, y animales. La alimentación, las medicinas y la
investigación científica y tecnológica, dependen de esa diversidad biológica.
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